Se da cuando las personas tienen que tomar una decisión, pero esperan a que otras personas lo hagan primero. Cuanta más personas están involucradas, más probable será que cada persona individualmente no actue por creer que alguien más en el grupo actuará primero.
La difusión de la responsabilidad hace que las personas se sientan menos presión de actuar porque piensan, por bien o por mal, que otra persona hará algo al respecto. Además, cuando no nos sentimos responsable en una situación, nos sentimos menos culpables al no hacer nada para ayudar.
Lo que nos hace menos propensos a hacerle caso a nuestra conciencia y a comprometernos con los demás o con algún objetivo. Si queremos cambios y mejoras debemos responsabilizarnos de lo que nos corresponde como miembros de la sociedad.
(Psi. Thairi Salvador)